Con el objetivo de que las calles del Barrio del Castell, en Malgrat de Mar, recuperen su capacidad de articular la vida cívica de la comunidad, los arquitectos de Territori24 han desarrollado una interesante -y modesta- propuesta de urbanización y mejora del área.
La propuesta fue definida a través de la participación de los vecinos y busca desdibujar los límites entre las circulaciones de peatones y vehículos, mejorando su accesibilidad e incorporando nuevos árboles, mobiliarios y una atractiva señalización para zonificar sus diferentes partes.
Descripción por los arquitectos. Malgrat de Mar es un municipio costero de la provincia de Barcelona que cuenta aproximadamente con 18.500 habitantes. Pertenece a la comarca del Maresme, situada al norte de la provincia.
El Barrio del Castell se formó sobre antiguas tierras de cultivo que se transformaron en toda una zona de crecimiento urbano sin planificación ni urbanización previa. Las carencias más básicas del barrio fueron atendidas por los primeros ayuntamientos democráticos, ahora ya hace más de veinticinco años. Las necesidades del barrio son, hoy en día, otras.
El Barrio del Castell, es una área diferenciada del resto del municipio tanto por sus características físicas (derivadas de la topografía de su emplazamiento), como por su origen y sus condiciones económicas y sociales actuales. El ámbito queda comprendido entre la fuerte pendiente del cerro del Castell al sureste y la riera de Sant Genís al noroeste. En uno y otro extremo, cerrando esta área, se encuentran los dos ámbitos donde se concentran los mayores déficits a nivel urbanístico y de habitabilidad, que el planeamiento general del municipio ha incluido en dos sectores de mejora urbana.
Este emplazamiento, muy cercano al centro urbano, había quedado vacante debido a su relieve y la trama urbana se interrumpía en este punto. Al ocuparse con la llegada de los primeros inmigrantes del sur de la península, que se establecen en Malgrat de Mar durante los años 50-70, en condiciones precarias y viviendas de autoconstrucción, a estas barreras físicas se añaden notables desigualdades sociales.
Actualmente, a pesar de que el tejido urbano y las edificaciones se han ido regenerando y que las desigualdades sociales se han reducido, el barrio del Castell es aun un espacio urbano segregado, estigmatizado y afectado por profundos déficits urbanísticos, sociales y económicos. A esta situación es necesario añadir las dificultades en accesibilidad, derivadas de las características topográficas del barrio, en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Estrategia
En el año 2009, empezamos a trabajar en el marco del proyecto acces_SOS para definir, a través de un taller de participación ciudadana, las características que debían tener las calles del Barrio del Castell para recuperar su capacidad de articuladores cívicos.
Acces_SOS es un equipo internacional dirigido a la investigación del espacio público urbano y de su accesibilidad por parte de todos los sectores de la población, formado por territori24 qart progetti i tasca studio. Pensamos que diseñar accesibilidad desapercibida, universal y sin costes extras es una cuestión de actitud.
A partir del proyecto consensuado con la ciudadanía, en especial gente mayor y vecinos del barrio del Castell, se redactó un proyecto de calle en plataforma única, desdibujando los límites entre zona de peatones y zona de paso de vehículos.
Los elementos urbanos, el grafismo de la señalización viaria, la disposición de pasamanos, bancos y arbolado liberan la calzada de vehículos, ayudando a macar los recorridos y a crear pequeños espacios de encuentro y reposo a medio camino.Queríamos evitar el uso de pilones o líneas que siguen marcando una calle central para los coches y unas aceras para los peatones a pesar de la plataforma única. La calle se tenía que convertir en una plaza.
Es una pequeña intervención, donde la ciudadanía ha colaborado activamente en la definición de las problemáticas y las soluciones adoptadas. Consideramos que, en este caso, la apuesta para involucrar a los vecinos ha sido un acierto rotundo.
En tiempos de crisis económica, las intervenciones deben ser modestas. Lo que no se pueda hacer con dinero se deberá suplir con imaginación y dedicación. Con un presupuesto muy ajustado se ha renunciado a cualquier elemento superfluo y se ha apostado por unificar soluciones y dar relieve a los elementos que aportan valor añadido: el arbolado para dar sombra, los bancos para poder sentarse y la pintura para dotar carácter a la intervención.
Solución Adoptada
El objetivo del proyecto es la transformación de las calles Segre, Montnegre, Tordera y Montseny en un espacio con prioridad para los peatones, mejorando las condiciones de accesibilidad y dotando de calidad el espacio público, creando un espacio donde la movilidad de los peatones se complemente con la movilidad de los vehículos, en una zona de 10km/h, regulando la circulación y el aparcamiento.
Para conseguir estos objetivos proponemos:
Mejorar las condiciones físicas de accesibilidad del conjunto, siendo relevante la mejora en la reducción de la sección de la calzada y la incorporación de tramos de barandilla; y facilitar la comprensión de las prioridades de circulación de la calle marcando claramente el recorrido de los vehículos y de los peatones a través de una señalización específica hecha con pintura blanca antideslizante. Las líneas blancas paralelas son el código de paso para los peatones y las líneas amarillas son el código para vados y prohibido aparcar.
Un tercer código gráfico, basado en la reinterpretación de las hojas de un árbol, supone un elemento diferenciador de las calles. A la trama ortogonal se le superpone una alfombra de hojas pintadas que remiten a la sombra de los árboles (que aun no han crecido). Un lugar donde pararse y encontrarse.
Para conseguir una continuidad del espacio, proponemos una pavimentación de asfalto de color rojizo, que no diferencie de forma rígida los diferentes usos que la calle soporta: circulación de peatones, circulación rodada, aparcamientos, etc.
Proponemos una calle asimétrica en plataforma única y un paso de vehículos descentrado situado a 1,5m por un lado y a 3,5 m de la otra. Un ensanchamiento del espacio dedicado al peatón que permite una zona bastante ancha para tener puntos de parada y relación vecinales.
Dado que en la actualidad se aparca en las dos lados de la calle y que en las sesiones participativas con los vecinos se detectó la necesidad de mantener algunas plazas de aparcamiento, la propuesta prevé tres plazas de aparcamiento por calle, colocadas según un estudio de las entradas a las viviendas existentes y de las posibles entradas en un futuro. La propuesta incorpora en las calles Tordera y Montnegre, unas plazoletas de descanso horizontales de hormigón. Los elementos de la plazoleta, el muro y las escaleras, se proponen como lugares de parada y reunión al aire libre.
Equipamos el espacio público con vegetación y mobiliario urbano suficiente para transformar el camino y la parada en un momento agradable para las personas. Para personas con dificultades de movilidad, colocamos una silla con respaldo y brazos en cada calle.
Incorporamos arbolado en las calles de hoja perenne que aporten verde durante todo el año, puesto que debido a su ubicación no actúan como elementos de sombra. También colocamos puntos de asientos circulares de hormigón a lo largo de la calle y papeleras. Estos elementos actúan a la vez como elementos disuasivos para los coches sin tener que hacer uso de pilones.
Dada la fuerte pendiente que tienen las calles, entre un 14% y un 20% y para facilitar la subida, colocamos tramos de barandilla fijados a fachada.
Autores: Territori24 arquitectura i urbanisme, slp | acces_sos, La Petita Dimensió
Promotor del proyecto: SEEP – Diputació de Barcelona
Promotor de la obra: Ajuntament de Malgrat de Mar
Colaboradores: La Petita Dimensió
Ingeniería: Tedpro sl
Empresa Constructora: Excavaciones Bermúdez
Pintura: Fundació el Vilar
Año proyecto: 2012
Año obra: 2013/2015
Superficie: 3.213,64 m2
Presupuesto: 429.225,91 € (iva incluido)
Fotografía: Adrià Goula